Misionero Sacerdote Verbum Dei

NOVENA DE NAVIDAD 2020

Para vivir la Navidad en familia.

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TALLER DE ORACIÓN

Aprende a orar con la Palabra de Dios con estos 8 temas.

POEMA: PIROMANO DE TU AMOR

Enciende tu fuego en mi interior.

PARA TRABAJAR LA EVANGELII GAUDIUM

Preguntas y dinámicas de reflexión para interiorizar y compartir en comunidad.

martes, 29 de diciembre de 2020

FIN DE AÑO 2020 ILUMINADOS POR LA PALABRA DE DIOS

 FIN DE AÑO 2020 ILUMINADOS POR LA PALABRA DE DIOS

Estamos por finalizar el año 2020, y en la tele y periódicos todo es resúmenes del año, lo vivido el 2020, lo que nos dejó el 2020… 

Dejemos que Dios con su Palabra nos de su mirada de lo vivido este año.



sábado, 26 de diciembre de 2020

FELIZ NAVIDAD 2020


 

jueves, 24 de diciembre de 2020

9º DÍA DE NOVENA.

 


9º DÍA DE NOVENA

DÍA 24 DE DICIEMBRE

SE HIZO NIÑO EN UNA FAMILIA

LECTURA BIBLICA:

Lectura del santo Evangelio según San Mateo (Mt 1, 18-25).

El nacimiento de Jesús, el Mesías, fue así: su madre María estaba prometida a José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por la acción del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió separarse de ella en secreto.

Después de tomar esta decisión, el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: –José, hijo de David, no temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo.

Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había anunciado el Señor por el profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel (que significa: Dios con nosotros).

Cuando José se despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado: recibió a su esposa y, sin tener relaciones conyugales, ella dio a luz un hijo, al que José puso por nombre Jesús.

Palabra del Señor.

 

MEDITACIÓN.  SE HIZO NIÑO EN UNA FAMILIA.

Hoy es Nochebuena y todos celebramos el gran acontecimiento de nuestra fe: El Hijo de Dios se hace un niño por amor a nosotros y para salvarnos del pecado y la muerte eterna. Y se hace niño en una Familia.

«La Encarnación del Hijo de Dios abre un nuevo inicio en la historia universal del hombre y la mujer. Y este nuevo inicio tiene lugar en el seno de una familia, en Nazaret. Jesús nació en una familia. Él podía llegar de manera espectacular, o como un guerrero, un emperador… No, no: viene como un hijo de familia. Esto es importante: contemplar en el belén esta escena tan hermosa.

Dios eligió nacer en una familia humana, que Él mismo formó. La formó en un poblado perdido de la periferia del Imperio Romano. No en Roma, que era la capital del Imperio, no en una gran ciudad, sino en una periferia casi invisible, casi más bien con mala fama. Lo recuerdan también los Evangelios, casi como un modo de decir: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?» (Jn 1, 46). Tal vez, en muchas partes del mundo, nosotros mismos aún hablamos así, cuando oímos el nombre de algún sitio periférico de una gran ciudad. Sin embargo, precisamente allí, en esa periferia del gran Imperio, se inició la historia más santa y más buena, la de Jesús entre los hombres. Y allí se encontraba esta familia.

Jesús permaneció en esa periferia durante treinta años. El evangelista Lucas resume este período así: Jesús «estaba sujeto a ellos» [es decir a María y a José]. Y uno podría decir: «Pero este Dios que viene a salvarnos, ¿perdió treinta años allí, en esa periferia de mala fama?». ¡Perdió treinta años! Él quiso esto. El camino de Jesús estaba en esa familia. «Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres» (2, 51-52). No se habla de milagros o curaciones, de predicaciones —no hizo nada de ello en ese período—, de multitudes que acudían a Él. En Nazaret todo parece suceder “normalmente”, según las costumbres de una piadosa y trabajadora familia israelita: se trabajaba, la mamá cocinaba, hacía todas las cosas de la casa, planchaba las camisas… todas las cosas de mamá. El papá, carpintero, trabajaba, enseñaba al hijo a trabajar. Treinta años. «¡Pero qué desperdicio, padre!». Los caminos de Dios son misteriosos. Lo que allí era importante era la familia. Y eso no era un desperdicio. Eran grandes santos: María, la mujer más santa, inmaculada, y José, el hombre más justo… La familia.

Cada familia cristiana —como hicieron María y José—, ante todo, puede acoger a Jesús, escucharlo, hablar con Él, custodiarlo, protegerlo, crecer con Él; y así mejorar el mundo. Hagamos espacio al Señor en nuestro corazón y en nuestras jornadas. Así hicieron también María y José, y no fue fácil: ¡cuántas dificultades tuvieron que superar! No era una familia artificial, no era una familia irreal. La familia de Nazaret nos compromete a redescubrir la vocación y la misión de la familia, de cada familia. Y, como sucedió en esos treinta años en Nazaret, así puede suceder también para nosotros: convertir en algo normal el amor y no el odio, convertir en algo común la ayuda mutua, no la indiferencia o la enemistad. No es una casualidad, entonces, que “Nazaret” signifique “Aquella que custodia”, como María, que —dice el Evangelio— «conservaba todas estas cosas en su corazón» (cf. Lc 2, 19.51). Desde entonces, cada vez que hay una familia que custodia este misterio, incluso en la periferia del mundo, se realiza el misterio del Hijo de Dios, el misterio de Jesús que viene a salvarnos, que viene para salvar al mundo. Y esta es la gran misión de la familia: dejar sitio a Jesús que viene, acoger a Jesús en la familia, en la persona de los hijos, del marido, de la esposa, de los abuelos… Jesús está allí. Acogerlo allí, para que crezca espiritualmente en esa familia. Que el Señor nos dé esta gracia» (Papa Francisco. Catequesis 17/12/2014).


martes, 22 de diciembre de 2020

8º DÍA DE NOVENA.


8º DÍA DE NOVENA

DÍA 23 DE DICIEMBRE

HOGAR QUE ILUMINA AL MUNDO

LECTURA BIBLICA:

Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 2,10-11).

Los sabios de oriente, al ver la estrella, se llenaron de una inmensa alegría.

Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y lo adoraron postrados en tierra. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra.

Palabra del Señor.

 

MEDITACIÓN.  HOGAR QUE ILUMINA AL MUNDO.

«El anuncio cristiano relativo a la familia es verdaderamente una buena noticia», nos recuerda el Papa Francisco. Una buena noticia para el mundo de hoy, especialmente para tantos jóvenes en los cuales “el deseo de familia permanece vivo” (cf. AL 1).

“La familia tiene la misión de ser cada vez más lo que es, es decir, comunidad de vida y amor… Por esto la familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa” (FC 17).

La familia que vive su identidad cristiana ilumina al mundo. Ella misma, iluminada por la palabra de Dios, el amor vivido en el hogar y la Gracia de Dios derramada en cada uno de ellos; se vuelve ejemplo vivo y familia misionera, para tantas familias que añoran calor de hogar.

Como escribía Jaime Bonet, fundador del Verbum Dei:

«Sé que con el Evangelio penetrará la luz del día en muchos hogares, convertidos hoy en noches de luto.

Sería la redención plena y radical de la primera célula vital de la humanidad, el matrimonio cristiano.

Con la aplicación de vida de la virtud del Evangelio, muchos esposos sentirían renacer su amor, paz y alegría entre sus muros.

Recrearían sus corazones y semblantes, donde sus hijos pudieran descubrir más autenticidad, con un futuro menos incierto y más prometedor.

Como "nuevos brotes de olivo en torno a su mesa serían sus hijos" y "rebosarían sus corazones de más alegría, que cuando abundan el trigo y el mosto". 

La panorámica sin límites de su existencia gozosa, proyectada por el Evangelio, se extendería a generaciones como las estrellas del cielo y las arenas del mar.

El mundo sería un mundo limpio y puro, y el cosmos sería bello, hermoso, porque Dios lo creó y lo "vio bueno" y el Evangelio lo hace renacer, "lo reconstruye, reedifica y replanta"». 

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lunes, 21 de diciembre de 2020

7° DÍA DE NOVENA.


 7° DÍA DE NOVENA 

DÍA 22 DE DICIEMBRE 

HOGAR DE ESPERANZA 

LECTURA BIBLICA:

Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 2,13-15).

Cuando se fueron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: –Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.

José se levantó de noche, tomó al niño y a su madre, y partió hacia Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes.

Así se cumplió lo que había anunciado el Señor por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo”.

Palabra del Señor.

 

MEDITACIÓN.  HOGAR DE ESPERANZA.

La familia de José, María y el niño Jesús sabe de dificultades y sufrimientos. Realidades propias de la vida, que no siempre podemos evitar y las cuales hay que aprender a vivir en el amor.

Saben de imprevistos: pues, antes de nacer Jesús, María y José tienen que caminar de Nazaret a Belén para el Censo; un camino nada fácil para una mujer embarazada y un padre preocupado. Saben de pobrezas e incertidumbre, al no hallar una posada y tener que dar a luz en un establo. Saben de inseguridades, al tener que emigrar a Egipto pues corre peligro la vida de Jesús. Sin dejar de pensar en la convivencia de cada día y sus propios retos, cuando hay y cuando no hay trabajo, las etapas de crecimiento del hijo y su educación…

Ellos aprenden día a día a ser Familia unida en el amor, superando juntos las dificultades, aprendiendo a esperar siempre, pues su confianza está puesta en Dios. Saben que Él está en medio de ellos. Que, en medio de todos los caminos, Él los está guiando y renovando constantemente sus fuerzas para amarse y seguir adelante. En Él, aprenden a interpretar todos los acontecimientos de la vida y ver que Dios siempre va tejiendo una historia de amor y salvación con ellos.

“Ante cada familia se presenta el icono de la familia de Nazaret, con su cotidianeidad hecha de cansancios y hasta de pesadillas, como cuando tuvo que sufrir la incomprensible violencia de Herodes, experiencia que se repite trágicamente todavía hoy en tantas familias de prófugos desechados e inermes. Como los magos, las familias son invitadas a contemplar al Niño y a la Madre, a postrarse y a adorarlo (cf. Mt 2,11). Como María, son exhortadas a vivir con coraje y serenidad sus desafíos familiares, tristes y entusiasmantes, y a custodiar y meditar en el corazón las maravillas de Dios (cf. Lc 2,19.51). En el tesoro del corazón de María están también todos los acontecimientos de cada una de nuestras familias, que ella conserva cuidadosamente. Por eso puede ayudarnos a interpretarlos para reconocer en la historia familiar el mensaje de Dios” (AL 30).

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domingo, 20 de diciembre de 2020

6º DÍA DE NOVENA.


 6º DÌA DE NOVENA

DÍA 21 DE DICIEMBRE

HOGAR DONDE SE VIVE LA CARIDAD

LECTURA BIBLICA:

Lectura del santo evangelio según san Juan (Jn 2,3-5).

Se les acabó el vino, y entonces la madre de Jesús le dijo: –No les queda vino. Jesús le respondió: –Mujer, no intervengas en mi vida; mi hora aún no ha llegado. La madre de Jesús dijo entonces a los que estaban sirviendo: –Hagan lo que él les diga.

Palabra del Señor.

 

MEDITACIÓN.  HOGAR DONDE SE VIVE LA CARIDAD.

María en las bodas de Caná muestra su amor y preocupación por esos nuevos esposos a los que se les termina el vino de su fiesta. No lo vive sola, intercede ante su hijo Jesús, a quien se ve que aprendió ya desde pequeño a “sentir compasión” de las necesidades de los demás.

La Familia de Nazaret es el hogar donde se vive la Caridad. En el hermoso himno de san Pablo de 1Cor 13,4-7 vemos algunas características del amor verdadero: «El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no hace alarde, no es arrogante, no obra con dureza, no busca su propio interés, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta». Esto se vive y se cultiva en medio de la vida que comparten todos los días los esposos, entre sí y con sus hijos.

Esta calidad de Amor se vive y se aprende en casa con detalles tan sencillos y a la vez tan trascendentes como decir: “por favor", “permiso", “gracias", “perdón”. Que más allá de ser palabras de buena educación es todo un estilo de vida aprendido en el hogar. Ya decía san Francisco de Sales, que «la buena educación es ya media santidad». Además, el ejemplo servicial y caritativo hacia los más necesitados de los padres, queda grabado en la vida de los hijos. En casa se aprende que “la vida que no se vive para servir no sirve para vivir" y se disfruta el gozo de la generosidad y el compartir, la honradez y la búsqueda del bien de los demás.

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sábado, 19 de diciembre de 2020

5° DÍA DE NOVENA.

 


5° DÍA DE NOVENA

DÍA 20 DE DICIEMBRE

HOGAR DONDE SE VIVE LA FE

LECTURA BIBLICA:

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 2,41-42).

Sus padres iban cada año a Jerusalén, a la fiesta de pascua.

Cuando el niño cumplió doce años, subieron a celebrar la fiesta, según la costumbre.

Palabra del Señor.

 

MEDITACIÓN.  HOGAR DONDE SE VIVE LA FE.

El hogar de Nazaret es una familia de fe: vive su fe en Dios y lo celebran juntos. El hogar es el “lugar donde se enseña a percibir las razones y la hermosura de la fe, a rezar y a servir al prójimo” (AL 287). De la mano de María y José, Jesús aprende a rezar, a relacionarse con Dios Padre y a integrarse en la historia de salvación que Dios ha hecho con su pueblo.

Este camino inicia con el Bautismo, donde recibimos la gracia de ser liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión; por lo que no hay excusas para retardar esta gracia abundante. Decía San Agustín: “las madres que llevan a sus hijos «cooperan con el parto santo»”.

Siguiendo así, todo un proceso de aprendizaje y crecimiento: “Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc 2,52). Es hermoso ver a una madre y también al padre que enseña a sus hijos a darle un beso a la Virgen y a Jesús; a rezar, pues rezan juntos cada día; cuando va toda la familia a Misa y se acercan a confesarse o comulgar llevando a su hijo/a en brazos y aunque sean sus niños muy inquietos, cuando comparten con sus niños la alegría de la catequesis y recibir su primera comunión.

“La transmisión de la fe supone que los padres vivan la experiencia real de confiar en Dios, de buscarlo, de necesitarlo, porque sólo de ese modo «una generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas» (Sal 144,4) y «el padre enseña a sus hijos tu fidelidad» (Is 38,19)”. Sabiendo “que la experiencia espiritual no se impone, sino que se propone a su libertad. Es fundamental que los hijos vean de una manera concreta que para sus padres la oración (la Palabra de Dios, los sacramentos, vivir los valores del evangelio) es realmente importante” (AL 288).

Que la imagen de María, José y el niño Jesús caminando a celebrar la gran fiesta de la fe en Jerusalén, les anime hoy como familia a seguir caminando juntos, sin que falte nadie, al encuentro de Dios: creer, celebrar y vivir su gran amor por todos nosotros.


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viernes, 18 de diciembre de 2020

4° DÍA DE NOVENA.

 


4° DÍA DE NOVENA

DÍA 19 DE DICIEMBRE

LOS ABUELOS, UNA GRACIA Y UNA MISIÓN.

LECTURA BIBLICA:

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 2,25-27.36-38).

Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías enviado por el Señor.

Vino, pues, al templo, movido por el Espíritu y, cuando sus padres entraban con el niño Jesús para cumplir lo que mandaba la ley, 28 Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios…

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, que era ya muy anciana. Había estado casada siete años, siendo aún muy joven, y después había permanecido viuda hasta los ochenta y cuatro años. No se apartaba del templo, dando culto al Señor día y noche con ayunos y oraciones.

Se presentó en aquel momento y se puso a dar gloria a Dios y a hablar del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.

Palabra del Señor.

 

MEDITACIÓN.  LOS ABUELOS, UNA GRACIA Y UNA MISIÓN.

Escuchemos como el Papa Francisco nos habla de los abuelos:

«Es verdad que la sociedad tiende a descartarnos, pero ciertamente el Señor no. El Señor no nos descarta nunca. Él nos llama a seguirlo en cada edad de la vida, y también la ancianidad contiene una gracia y una misión, una verdadera vocación del Señor. La ancianidad es una vocación. No es aún el momento de “abandonar los remos en la barca”. Este período de la vida es distinto de los anteriores, no cabe duda…

El Evangelio viene a nuestro encuentro con una imagen muy hermosa, conmovedora y alentadora. Es la imagen de Simeón y Ana, de quienes se habla en el Evangelio de la infancia de Jesús escrito por san Lucas. Eran ciertamente ancianos, el “viejo” Simeón y la “profetisa” Ana que tenía 84 años. Esta mujer no escondía su edad. El Evangelio dice que esperaba la venida de Dios cada día, con gran fidelidad, desde hacía largos años. Querían precisamente verlo ese día, captar los signos, intuir el inicio. Tal vez estaban un poco resignados, a este punto, a morir antes: esa larga espera continuaba ocupando toda su vida, no tenían compromisos más importantes que este: esperar al Señor y rezar. Y, cuando María y José llegaron al templo para cumplir las disposiciones de la Ley, Simeón y Ana se movieron por impulso, animados por el Espíritu Santo (cf. Lc 2, 27). El peso de la edad y de la espera desapareció en un momento. Ellos reconocieron al Niño, y descubrieron una nueva fuerza, para una nueva tarea: dar gracias y dar testimonio por este signo de Dios. Simeón improvisó un bellísimo himno de júbilo (cf. Lc 2, 29-32) —fue un poeta en ese momento— y Ana se convirtió en la primera predicadora de Jesús: «hablaba del niño a todos lo que aguardaban la liberación de Jerusalén» (Lc 2, 38)…

La oración de los ancianos y los abuelos es don para la Iglesia, es una riqueza. Una gran inyección de sabiduría también para toda la sociedad humana: sobre todo para la que está demasiado atareada, demasiado ocupada, demasiado distraída… Necesitamos ancianos que recen porque la vejez se nos dio precisamente para esto. La oración de los ancianos es algo hermoso.

Podemos dar gracias al Señor por los beneficios recibidos y llenar el vacío de la ingratitud que lo rodea. Podemos interceder por las expectativas de las nuevas generaciones y dar dignidad a la memoria y a los sacrificios de las generaciones pasadas. Podemos recordar a los jóvenes ambiciosos que una vida sin amor es una vida árida. Podemos decir a los jóvenes miedosos que la angustia del futuro se puede vencer. Podemos enseñar a los jóvenes demasiado enamorados de sí mismos que hay más alegría en dar que en recibir. Los abuelos y las abuelas forman el “coro” permanente de un gran santuario espiritual, donde la oración de súplica y el canto de alabanza sostienen a la comunidad que trabaja y lucha en el campo de la vida».

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jueves, 17 de diciembre de 2020

3° DÍA DE NOVENA.


 

3° DÍA DE NOVENA.

DÍA 18 DE DICIEMBRE.

LOS HIJOS, REGALO DE DIOS Y TAREA DE TODA LA VIDA.


LECTURA BIBLICA:

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 2,6-7).

Mientras estaban en Belén le llegó a María el tiempo del parto,

y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.

Palabra del Señor.

 

MEDITACIÓN.  LOS HIJOS, REGALO DE DIOS Y TAREA DE TODA LA VIDA.

En el salmo 128 “aparecen, dentro de la casa donde el hombre y su esposa están sentados a la mesa, los hijos que los acompañan «como brotes de olivo» (v3), es decir, llenos de energía y de vitalidad. Si los padres son como los fundamentos de la casa, los hijos son como las «piedras vivas» de la familia (cf. 1 P 2,5)” (AL 14).

Los hijos son regalo de Dios para el matrimonio. Cada uno con su peculiaridad y unicidad son acogidos y amados por sus padres. Así lo expresa el Papa Francisco en su catequesis:

“Los hijos son la alegría de la familia y de la sociedad. No son un problema de biología reproductiva, ni uno de los tantos modos de realizarse. Y mucho menos son una posesión de los padres… No. Los hijos son un don, son un regalo, ¿habéis entendido? Los hijos son un don. Cada uno es único e irrepetible y, al mismo tiempo, está inconfundiblemente unido a sus raíces… Se ama a un hijo porque es hijo, no porque es hermoso o porque es de una o de otra manera; no, porque es hijo. No porque piensa como yo o encarna mis deseos. Un hijo es un hijo: una vida engendrada por nosotros, pero destinada a él, a su bien, al bien de la familia, de la sociedad, de toda la humanidad”.

Jesús es el Hijo único del Padre y junto a José y María nos muestran como un hijo ha de ser amado, sentirse amado, vivirse siempre amado.

Un hijo es amado desde antes de nacer (cf. Jer 1,5), es acogido y esperado con amor. Al nacer e ir creciendo se va sintiendo amado: al verse cuidado, atendido, tratado con cariño y preocupación, educado y corregido con amor para vivir en el bien. Y en ese amor experimentado su corazón se abre a descubrir el Amor de Dios. El amor vivido en el hogar es el reflejo del inmenso amor que Dios, Padre nuestro, nos tiene.

El hijo amado aprende a corresponder también a tanto amor en el respeto y honor que da a sus padres, en la corresponsabilidad del hogar al ayudar en las pequeñas tareas del hogar donde aprende a servir por amor, cuando comparten los sacrificios, las luchas y alegrías de la vida.

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miércoles, 16 de diciembre de 2020

2° DIA DE NOVENA.


DÍA 17 DE DICIEMBRE

EL DON DE LA PATERNIDAD Y MATERNIDAD

LECTURA BIBLICA:

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 1,28-31)

El ángel entró donde estaba María y le dijo: –Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo.

Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué significaba tal saludo.

El ángel le dijo: –No temas, María, pues Dios te ha concedido su favor.

Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús.

Palabra del Señor.

 

MEDITACIÓN.  EL DON DE LA PATERNIDAD Y MATERNIDAD

El amor de los esposos, “no se agota dentro de la pareja, ya que los hace capaces de la máxima donación posible, por la cual se convierten en cooperadores de Dios en el don de la vida a una nueva persona humana. De este modo los cónyuges, a la vez que se dan entre sí, dan más allá de sí mismos la realidad del hijo, reflejo viviente de su amor, signo permanente de la unidad conyugal y síntesis viva e inseparable del padre y de la madre”, decía San Juan Pablo II (FC 14).

Como María y José un nuevo don reciben los esposos con la Paternidad y Maternidad, fruto del amor que los une y que los hace colaboradores de Dios creador, dador de la vida. Así lo canta alegremente el Salmo 128,3-4: “Tu esposa será como una vid fecunda dentro de tu casa; tus hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa. Así será bendecido el hombre que respeta al Señor”.

Al contemplar al hijo/a, hay una mirada nueva entre los esposos. Ya no es sólo mi esposo o esposa, sino el Padre o Madre de mi hijo/a. Es un nuevo lazo que los une: ser padres. Y de aquí ha de surgir siempre la gratitud al cónyuge. Porque si han podido recibir el don de la fecundidad y engendrar a la vida un hijo no ha sido solos e individualmente, sino gracias al otro.

“Al hacerse padres, los esposos reciben de Dios el don de una nueva responsabilidad. Su amor paterno está llamado a ser para los hijos el signo visible del mismo amor de Dios, ‘del que proviene toda paternidad en el cielo y en la tierra’ (Ef 3,14)” (FC 14).

Asumir esta responsabilidad de hacer visible el amor de Dios para los hijos nuevamente hoy, es confiar en que Dios dará siempre lo necesario para vivir esta misión de ser padres. Es acercarse a la fuente del amor que es Dios y vivir en la confianza que el amor manifestado a los hijos, en los más pequeños detalles, Él, hará que den fruto en el momento oportuno.

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martes, 15 de diciembre de 2020

1º DÍA DE NOVENA


PRIMER DÍA DE NOVENA
DÍA 16 DE DICIEMBRE

YO TE VOLVERÉ A ELEGIR

LECTURA BIBLICA:

Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 2,18-21)

El nacimiento de Jesús, el Mesías, fue así: su madre María estaba prometida a José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por la acción del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió separarse de ella en secreto.

Después de tomar esta decisión, el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: –José, hijo de David, no temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo.

Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.

Palabra del Señor.

MEDITACIÓN.  “YO TE VOLVERÉ A ELEGIR”

Iniciamos esta Novena contemplando el amor de José y María. Ellos se habían elegido para formar juntos un hogar y estaban comprometidos. El amor que surge entre un varón y una mujer les lleva a querer compartir la vida juntos en un matrimonio y formar un hogar. Pero en ese proceso, como personas de fe, descubren que además de elegirse mutuamente, Dios les invita a recibirse el uno al otro como un don maravilloso suyo.

Si, tu esposo, tu esposa, es el regalo precioso que Dios ha dado a tu vida. Dios mismo se lo dice así a José: “José, hijo de David, no temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo” (Mt 1,20). Y José, confirmado en su amor por María: “Cuando… se despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado: recibió a su esposa” (Mt 1,24). Y podemos imaginar también la alegría de María, al ver que Dios le da a José como su esposo.

Hoy es un día para renovar vuestro amor de esposos, siempre enamorados, como canta Martin Valverde:

Cuando pasen ya los años/ Y pase la juventud./ Cuando las mieles se acaben/ Cuando el fuego no arda más/ Cuando lleguen los problemas/ O venga la enfermedad/ Cuando reinen los silencios/… Yo te volveré a elegir/ Pues por ti quiero vivir cada día que pase/ Cada amanecer/ Yo te volveré a elegir”.

Un amor cimentado en el gran Amor que Dios les tiene:

“No lo digo por mis fuerzas/ Pues se bien puedo caer/ Es mi Dios quien nos ha unido/ Y El nunca fallará/ Es en El que hoy te elijo/ Y por él me entrego a ti/ Y por eso para siempre/… Yo te volveré a elegir”.

Hijos, para ustedes hoy es un día también para agradecer a Dios y celebrar el amor de sus padres. Que María y José, esposos, sean siempre el modelo del amor en el matrimonio, pues como dice el Papa Francisco: “En el centro -de la Familia- encontramos la pareja del padre y de la madre con toda su historia de amor” (AL 9). Y sean ellos también los santos protectores de vuestra Familia.

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NOVENA EN TIEMPOS DE COVID


NOVENA EN TIEMPOS DE COVID

Este año 2020 todo ha sido tan diferente de como pensábamos al iniciar el año y ahora al llegar a la Navidad hemos de vivir también este hermoso tiempo de una forma nueva, pero bien cargado de fe y de calor de hogar, que haga brotar la alegría por el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador.

Esta Navidad creo que el Señor, nos invita a que sean más familiares que nunca. Hay muchos sentimientos encontrados: alegría por la navidad, añoranzas de otros tiempos y quizá de que la familia grande no nos podamos reunir todos, tristeza por las personas queridas que no están con nosotros en estas fechas y quizá la ausencia de regalos.

Sin embargo, es un tiempo propicio para celebrar. Sí, me has escuchado bien: ¡Celebrar! ¡Celebrar la Natividad de Jesús en el seno de una Familia! Tiempo para disfrutar el celebrar en hogar, en el núcleo fundamental de la Familia: esposos e hijos. Tiempo para valorar la Familia amplia con los abuelos y demás familiares. Y todo esto contemplando con mucho amor a la Familia de Nazaret: María, José y el niño Jesús.

Por eso, las meditaciones de esta Novena, están centradas en prepararnos para ser Familia Cristiana donde se puede “acoger a Jesús, escucharlo, hablar con Él, custodiarlo, protegerlo, crecer con Él; y así mejorar el mundo”. Esto, en la relación de pareja, el ser padres, la relación con los hijos, los jóvenes, los abuelos, siendo hogar donde se vive la fe, hogar de amor, hogar de esperanza, hogar misionero.

Que la Sagrada Familia de Nazaret bendiga y proteja su hogar.

Pbro. José Venancio Ancajima Sernaqué, FMVD. 

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TALLER DE ORACIÓN

 TALLER DE ORACIÓN

1. ¿Qué es orar?



2. ¿Cómo orar?



3. Escuchar a Dios por medio de la Palabra.



4. La Oración, Fragua de Amor.



5. Dificultades en la oración.



6. La Oración: Una feliz amistad con Dios.



domingo, 13 de diciembre de 2020

NOVENA DE NAVIDAD 2020

Las meditaciones de esta Novena, están centradas en prepararnos para ser Familia Cristiana donde se puede “acoger a Jesús, escucharlo, hablar con Él, custodiarlo, protegerlo, crecer con Él; y así mejorar el mundo”.