Misionero Sacerdote Verbum Dei

jueves, 17 de diciembre de 2015

¿QÉ REGALO DARÁS A JESÚS EN ESTA NAVIDAD?

¿QUÉ REGALO DARÁS A JESÚS EN ESTA NAVIDAD?

          (Mt 2,10-11)

                Dios había prometido un Salvador, y generación tras generación se mantuvo la espera, hasta que llegado el tiempo el Hijo, se encarnó, se hizo hombre “y habitó entre nosotros” (Jn 1,14).

Celebrar la Navidad es celebrar la Natividad, es decir el nacimiento de Jesús nuestro Salvador. Es la gran fiesta de Su cumpleaños y esa es nuestra alegría. Cada cumpleaños el que celebra recibe regalos de sus familiares y amigos. ¿Y en la Navidad? A Jesús, que es la razón de la celebración, ¿qué regalo has pensado darle en esta Navidad?

                Pero alguno puede pensar: ¿Cómo le voy a regalar algo a Jesús si no lo veo? Jesús mismo te responde: “Les aseguro que lo que hayan hecho a uno solo de éstos mis hermanos menores, me lo hicieron a mi” (Mt 25,40). “Me ves en tu prójimo, en los más pequeños, en los pobres y necesitados”.

                Los reyes magos “entraron en la casa, vieron al niño con su madre, María, y postrándose lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron como regalos: oro, incienso y mirra” (Mt 2,10-11). Te dieron, Jesús, lo mejor que tenían. ¡Cuánto razón tenían nuestros mayores cuando decían “lo mejor para Dios”!; y así lo hacían, no te daban lo que les sobraba y menos lo que nadie quería.

                Sé generoso con tu Dios en esta navidad por puro amor, por la alegría de su nacimiento y abramos los ojos a reconocerlo en cada hermano; que nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad”- dice el Papa Francisco.

                Él mismo en este Jubileo de la Misericordia nos recuerda como Jesús nos presenta para reflexionar y vivir las obras de misericordia corporales y espirituales, “para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos… No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero (cfr Mt 25,31-45). Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de odio que conduce a la violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros; finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas. En cada uno de estos “más pequeños” está presente Cristo mismo. Su carne se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga...; para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado”.

                Éstos son los regalos que a Jesús le gustará recibir en esta Navidad, tú ¿cuál le ofrecerás?

P. Venancio, fmvd.

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