Misionero Sacerdote Verbum Dei

sábado, 19 de diciembre de 2015

"FALTABAS TU"

“FALTABAS TÚ”
            Una navidad recibí una carta de mi padre donde me contaba que en la cena de noche buena se habían reunido los 9 hermanos que tengo con sus familias y mis padres como cada año: “había una silla vacía en la mesa, pues faltabas tú” –escribía mi Papá. Comprendí aquel día que así es Papá Dios. Somos millones de seres humanos y todos y cada uno, sus hijos, pero en la mesa, en el ambiente de familia, en el hogar puede que faltes tú y te extraña, te añora, anhela tu presencia. Para Él no es indiferente mi vida, tu vida: ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido” (Is 49,14-15).
            El corazón de Dios se conmueve por la vida de cada hijo: ¿Cómo voy a dejarte, Efraím, cómo entregarte, Israel?.. Mi corazón está en mí trastornado, y a la vez se estremecen mis entrañas” (Os 11,8-9). Y en su amor paterno envía a su Hijo único para buscarnos, para salvarnos, para devolvernos al hogar: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna… para que el mundo se salve por él” (Jn 3,16-17).
            Tu vida es única y valiosa para Dios, tu Papá. ¿La razón?: “Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy” (Sal 2,7). “Dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. Pondré la humanidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida” (Is 43,3-5). La gran prueba en esta Navidad es que nos da, otra vez, a Jesús. Con el deseo que sepas que eres su hij@ y te vivas como tal.
            No temas volver, no temas acercarte en esta Navidad a Dios, su rostro es de Padre y además rico en amor y compasión, que desea que todos vivamos en su amor y compartamos con él la mesa del sentirnos familia, amados, valorados y no enjuiciados ni condenados: “Alégrense conmigo, porque he encontrado el hijo que se me había perdido” (cf. Lc 15,9). Dale esa alegría, la alegría de la navidad de Dios.

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